El beso de Zara y Mike, Kate recicla y lo que la novia no copió a su hermano
Por segunda vez en tres meses, la familia real británica sacó a relucir sus mejores galas para una nueva boda muy esperada, aunque mucho más íntima y low cost que la delpríncipe Guillermo y Kate Middletondel pasado 29 de abril.
Zara Phillips, que mantendrá su nombre de soltera, se casó este sábado, a las cuatro de la tarde hora española, con su novio desde hace siete años, el jugador de rugby Mike Tindall, en Escocia. La nieta mayor deIsabel II, a quien se conoce desde pequeña con pantalones y botas de montar a caballo, lució un traje de novia muy tradicional, de seda color blanco roto, con escote palabra de honor y con velo, muy sencillo, sin bordados ni pedrería, del diseñador escocés Stewart Parvin, uno de los favoritos de su abuela Lizzie. Laprincesa Ana le prestó además la famosa tiara Meandra, de su joyero privado y que perteneció a la madre del príncipe Felipe.
Mike, que decepcionó a los que esperaban verle ante el altar con falda escocesa, esperó, de riguroso chaqué, la llegada de su novia que llegó con cinco minutos de retraso del brazo de su padre, elcapitán Mark Phillips, primer marido de la princesa Ana. Menos de una hora después, Zara y su ya marido, con una sonrisa de oreja a oreja, abandonaron la iglesia del siglo XVII y no se hicieron de rogar ante los gritos de «un beso, un beso». Ninguno de los dos mostró nervios ni a la llegada ni a la salida de la iglesia donde fueron saludados por el heredero de la corona, el príncipe Carlos, con su tradicional chaqué gris, y su esposa Camilla, de verde menta con un gran tocado floral, muy de su estilo. Entre los invitados estaba también Andrew Parker-Bowles, el exmarido de Camilla.
La abuela de la novia, Isabel II, fue la última en llegar antes de la novia, como manda el protocolo, y optó por un abrigo de color albaricoque con sombrero a juego deRachel Trevor Morgan. Debajo llevaba un vestido de seda estampado en tonos turquesa y mandarina.
Las princesas Eugenia y Beatriz, que tanto llamaron la atención por sus atuendos en la boda de su primo, el príncipe Guillermo, de la que informó ampliamente Hechos de Hoy, se decantaron en esta ocasión por modelos de Angela Kelly. El de Beatriz en color turquesa, el de Eugenia, nada favorecedor y demasiado corto para su figura, en color beige y chocolate. La duquesa de Cambridge, que llegó del brazo delpríncipe Guillermo, recicló, según las malas lenguas, un modelo que ya se le vio en otra ocasión, un traje abrigo color crema brocado, con un tocado espectacular del mismo color que hacía resaltar su larga melena castaña. Imposible adivinar si debajo se esconde o no una incipiente «tripita».
La madre de la novia, la princesa Ana, lució una falda plisada roja con chaqueta en color crema estampada con flores del color de la falda y un amplísmo cuello, guantes largos color crema y el cabello recogido y adornado con un mínimo detalle rojo. Los invitados, entre los que se encuentran muchos deportistas del mundo de la equitación por parte de la novia, y del rugby, por parte del novio, pasaron de la iglesia al cercano palacio de Holyroodhouse, el hogar oficial de la reina en Escocia, donde se celebra la recepción y la posterior cena. Será el momento en el que los padres de Mike Tindall, Linda y Phil, tendrán la oportunidad de conocer a Isabel II.
Entre los invitados se encuentran también la actual esposa de Mark Phillips, Sandy Pflueger, y el marido de la princesa Ana,Timothy Laurence, y el hermano de Zara,Peter con su mujer Autumn, la primera pareja de la familia real británica que negoció una exclusiva con su boda y que le costó una reprimenda por parte de Isabel II. A Zara y a Mike ni se les ha ocurrido seguir la ocurrencia de Peter de hacer dinero con su enlace.
Fiesta en el «Britannia»
La noche anterior a la boda, los royals y algunos amigos muy íntimos celebraron conZara y Mike una fiesta de lo más glamourosa y elegante a bordo del yateBritannia. Para esta importante noche, la nieta de Isabel II eligió un vestido asimétrico blanco por encima de la rodilla con un estampado lineal en tonos azules, que combinó con un zapato de salón crema y un recogido en el pelo. Su novio se decantó por un traje azul marino con camisa blanca y corbata del mismo tono.
Kate Middleton volvió a destacar entre todas las invitadas pese a repetir modelo, un vestido verde por la rodilla, con manga francesa y cinturón, y abotonado de arriba a abajo en la espalda, que ya lució durante su viaje a Los Ángeles. También fueron centro de atención las hijas de Sarah Ferguson, las princesas Beatriz y Eugenia que en esta ocasión dejaron atrás los estampados cortineros y los cortes antiguos de la boda de abril que tornaron por unos estilos mucho más acordes con su edad. De rojo y de morado, respectivamente, una con corte más clásico y otra con una asimetría muy similar a la de Zara Phillips, así aparecieron las hijas del príncipe Andrés en el yate junto a sus primos Guillermo y Enrique que, impecables como siempre, se decantaron por los tonos granates para sus corbatas.
Fuente: www.hechosdehoy.com
