400 princesas en Marbella por la boda de una nieta del rey Fahd
El retorno de la casa real saudí estrena el verano en Marbella. Algunos familiares del fallecido rey Fahd ya duermen en la Costa del Sol desde ayer. Están invitadas unas 400 princesas a la celebración de la boda de Sara Fahd Bin Salman, nieta del hermano del monarca, Salman Bin Abdulaziz.
La residencia familiar está custodiada por el Cuerpo Nacional de Policía. Un furgón blinda el acceso a Al-Riyad, como se denomina el conjunto inmobiliario, donde además está prevista la conmemoración del matrimonio, según pudo saber este diario.
1.500 invitados
La fiesta prevista contabiliza a alrededor de 1.500 invitados. Hoteles de renombre como el Puente Romano, Marbella Club y el Villapadierna tenían agotadas sus reservas. «Pero algunas se han cancelado», informaron a La Opinión de Málaga. «Al parecer debe de haber algún miembro de la familia enfermo o debe de estar respetando algún luto porque vienen menos huéspedes de los inicialmente contratados», añadieron.
El cónclave, con mayor o menor número de componentes, tendrá a Marbella como sede. «El embajador de Arabia Saudí nos comentó que se están tramitando visados como nunca», indicó el concejal de Turismo, José Luis Hernández.
«Desde comienzos de año, la ciudad ha registrado un incremento del turismo extranjero en un 25% respecto al año anterior. El mercado árabe es uno de los sectores que ha experimentado un crecimiento más llamativo», valoró el edil.
Los empresarios de la ciudad se frotan las manos, porque los descendientes de Fahd son «fieles a Marbella» y suelen comprar en su pequeño y mediano comercio.
Ayer lo corroboró el empresario Miguel Gómez y Molina. «Ahora mismo acaban de llevarse tres piezas de mi joyería y me han comentado que tenían que irse a Tejidos Pepe a hacer otro encargo», adelantó. «No son manirrotos en absoluto, aunque su nivel es muy alto», reconoció.
La joyería Gómez y Molina es uno de los proveedores más veteranos de la realeza saudí. «Llevamos más de treinta años de relación», dijo. Sobre sus gustos, poco que objetar. «Son gente conocedora de la moda y de las últimas tendencias, no se les puede encasillar en un producto concreto».
El marisco sí que está claro en su menú. El príncipe Salman, hoy día gobernador de Riad, tiene costumbres fijas. «Le encanta la sopa de marisco y casi siempre come pescado», desveló el conocido restaurador Santiago Domínguez, dueño del hotel que lleva su nombre. «Este es el turismo que necesita nuestra ciudad, el que siempre ha tenido dada la fama que tiene», aseguró. «Anoche [por antenoche] ya estuvieron cenando aquí», completó.
El príncipe acudió ayer al tradicional rezo de los viernes en la mezquita construida en honor a su hermano, el rey Fahd, y que está junto a su palacio. Vestía un turbante rojo en la cabeza y se ayudaba de un bastón para caminar.
La comitiva que conlleva su estancia en Marbella se hace notar mientras que el príncipe conserva sus tradiciones, como la de tomar churros en la plaza de Los Naranjos o la de pasear por la noche en Puerto Banús.
La economía local se reactiva con la visita de los miembros de este linaje árabe. Su presencia, además, recuerda tiempos de bonanza económica en una localidad castigada en los últimos años por el urbanismo desaforado y la corrupción política.
Fuente: www.laopiniondemalaga.es
