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Cómo sabotear la boda real

La lluvia y grupos anarquistas amenazan con empañar la boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton el viernes en Londres, que se va llenando de turistas y periodistas mientras se intensifican los preparativos para el gran día, en el que habrá pompa y boato a raudales, pero también protestas.

Aunque Scotland Yard afirmó este martes que no hay indicios de amenazas terroristas concretas, Londres podría ser escenario de protestas organizadas por los grupos anarquistas que protagonizaron incidentes violentos en marzo, aprovechando las movilizaciones contra el plan de ajuste del gobierno.

«Creo que los comerciantes temen a los anarquistas», dijo una empleada en una tienda en Regent Street, mientras vendía una muñeca a imagen y semejanza de Kate.

Además, la ceremonia de la boda real, que se prevé será vista por 2.000 millones de personas en el mundo, podría verse aguada por lluvias, e incluso por truenos. «Es probable que en el sur de Gran Bretaña el cielo esté nublado y haya lluvia por momentos», indicó a la AFP una portavoz de la oficina de meteorología.

Eso significa que la tan esperada primera imagen de la novia y de su vestido, todavía un misterio total, podría ser bajo un paraguas. Además, si llueve, los recién casados viajarán, después de la ceremonia en la Abadía de Westminster, en la carroza de cristal que utilizó Diana para su boda, en 1981, con el príncipe Carlos.

Este drástico cambio en las condiciones meteorológicas incidirá además en la masiva cobertura de la boda, que ha atraído a Londres a miles de corresponsales y fotógrafos del mundo entero.

El director de la Foreign Press Association (Asociación de la Prensa Extranjera), Christopher Wyld, calcula que unos 7.000 periodistas cubrirán la boda. «En realidad, nadie sabe el número exacto», reconoció.

Los medios de comunicación de EEUU –un país que parece apasionarse más por esta boda que Gran Bretaña– han desembarcado con fuerza en la capital.

Según la cadena NBC, la boda de Guillermo y Kate es el mayor acontecimiento mediático en mucho tiempo. «Nuestra cobertura de la boda real será incluso mayor que para los Juegos Olímpicos», afirma la NBC, que ha comenzado ya a transmitir desde Londres.

La lluvia sin embargo no disuadirá a los miles de turistas que, empujados por muchas razones -algunas de ellas quizá difíciles de entender – han viajado a Londres para echar un vistazo a la carroza, al vestido de novia, o al primer beso de los recién casados.

El brasileño Toninho Oiticica y su novia, Gracinha, volaron el domingo a Londres provenientes de Barcelona, y piensan acampar en Clapham, un gran campamento en las afueras de la capital británica, que se abre el jueves para recibir a centenares de turistas que han pagado para dormir en carpas.

¿Cuál es su motivación para venir?, les preguntó la AFP. «La moda, somos locos por la moda. Ambos estudiamos diseño, y queremos ver el vestido de Kate, pero también los trajes de los invitados», dijo Gracinha. «Venir aquí es una inversión, porque creo que nos servirá de inspiración», añadió Toninho, de 27 años.

A la estadounidense Marcia Fields, lo que la ha traído a Londres es la princesa Diana. «Yo adoraba a Lady Di, lloré varias horas cuando ella murió», dijo a la AFP la rica texana de 50 años, mientras tomaba fotos de la Abadía. «Tenía que estar aquí para la boda del príncipe Guillermo. Y espero volver para su coronación», agregó.

El primero que llegó el lunes a la Abadía, cargado con un saco de dormir y dos bolsas con agua y provisiones, fue John Loughrey, de 56 años. Vestido con una camiseta, en la que se leía «Diana Would Be Proud» («Diana estaría orgullosa») bajo una foto de los novios, el hombre dice estar dispuesto a aguantar hasta el viernes. «Aquí estoy, aquí me quedo», dijo Loughrey a los curiosos y reporteros, que empiezan a tomar puesto cerca del templo.

Scotland Yard también se prepara para la boda, advirtiendo de que actuará con «fuerza y firmeza» contra cualquiera que intente atentar contra el orden en un día que debe estar «lleno de gozo, pompa y esplendor».

Más de 5.000 policías van a estar desplegados el viernes, dijo la comandante Christine Jones, en una rueda de prensa en la que envió un mensaje tranquilizador, al afirmar que no hay ningún indicio de atentado terrorista para ese día.

«No tenemos ningún (informe) de inteligencia específico que sugiera una amenaza» terrorista el día de la boda, dijo Jones.

Fuente: www.talcualdigital.com

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