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La boda de la Duquesa de Alba trae cola

Bodas Reales - La boda de la Duquesa de Alba trae cola

Sin verlo, ni olerlo, los condes de Siruela, residentes en el Alt Empordà desde hace años, se han visto envueltos en una polémica a raíz de las declaraciones de la duquesa de Alba al programa de Ana Rosa, en Telecinco, en las que calificó de «mala» y «muy envidiosa» a Inka Martí, casada con Jacobo, el tercero de sus hijos. Ayer, el hijo de la duquesa de Alba, tras varios días de silencio, se declaró sorprendido por las «desafortunadas» declaraciones de su madre.

Desde que el pasado jueves Cayetana de Alba lanzara esos dardos contra su única hija política, Jacobo Siruela e Inka Martí han resistido todos los embates de cuantos, por ayudarles o por fomentar otro culebrón al estilo Tita y Borja Thyssen, se han puesto en contacto con ellos para que respondieran con su versión.

Quienes pensaban que Jacobo e Inka iban a entrar al trapo, no contaban con la evidencia de que la pareja, que siempre ha hecho bandera de la discreción y la prudencia, no iba ahora a romper la norma. Con todo, ayer, el editor Jacobo Siruela se vio en la obligación de emitir un breve comunicado con el fin de rebajar la presión que supone tener la casa de Vilaür (Girona) rodeada de paparazzi y, también, para mostrar su agradecimiento a cuantos han apoyado a la pareja y, concretamente a Inka Martí, víctima colateral de una polémica familiar de la que se ha mantenido deliberadamente al margen.

En el comunicado, Jacobo Siruela aclara, ante la insistencia de algunos medios de conocer su opinión al respecto, que no va a hacer «ningún tipo de declaración pública, ni ahora ni en el futuro, porque se trata de asuntos estrictamente privados, que deberían de ser discutidos en familia».

Al hilo de la polémica que se ha suscitado durante los últimos días en referencia a las donaciones de su herencia efectuadas por su madre en julio de este año, el conde de Siruela ha precisado: «en ningún momento he dado ningún tipo de declaración a ningún medio, y menos sobre la casa de Eivissa, que siempre ha sido para mi hermana Eugenia».

Jacobo Siruela, tercer hijo de la duquesa de Alba y su primer marido, Luis Martínez Irujo, firmó, como el resto de sus hermanos, el acuerdo, en los términos impuestos y decididos por la duquesa de Alba, por el que ésta cedía la propiedad de la mayor parte de sus posesiones inmobiliarias a sus hijos, guardándose para si misma el usufructo. Ese acuerdo facilitó el camino de su boda con el funcionario Alfonso Díez, ya que de algún modo se protegía el patrimonio de la casa de Alba y recortaba los derechos del futuro marido de Cayetana sobre su herencia.

Ninguno de los seis hijos supo, de antemano, cuál iba a ser el reparto pero todos, les gustara o no, aceptaron la decisión de su madre. En todo caso, es un hecho que Jacobo ha sido claramente discriminado, ya que no le ha correspondido ninguna propiedad.

Aunque la polémica se ha centrado, sin motivo, en la casa de Eivissa que la duquesa ha legado a su única hija, Eugenia, duquesa de Montoro, es la donación de la casa de San Sebastián a Cayetano, conde de Salvatierra, la que presenta aspectos más complicados. Cayetano Martínez de Irujo que, curiosamente ha sido el único que se ha expresado en público en contra de la boda de su madre con Alfonso Díez, ha recibido un palacete en San Sebastián que no proviene del patrimonio de la duquesa sino de la herencia de su primer marido y padre de sus hijos, Luis Martínez de Irujo, por lo que, legalmente, corresponde a todos los hijos. Parece que la duquesa de Alba, de alguna manera, ha querido tener contento a su hijo jinete, el más dispuesto al trueque que le suponía cambiar de opinión y, además, mostrar, como hizo el pasado fin de semana, su apoyo público al novio de su madre, Alfonso Díez.

En todo el despropósito en el que se ha convertido el último capítulo de la vida de la duquesa de Alba, las descalificaciones que ha dedicado a Inka Martí sólo pueden entenderse si, al mismo tiempo, se conoce el modo en el que la duquesa organiza su particular corte, en la que se incluyen amigos y algunos de sus ex hijos políticos, como Genoveva Casanova y Fran Rivera. y todos cuantos a cambio de rendir pleitesía a Cayetana de Alba consiguen algún tipo de beneficio. Ha sido en el entorno de la duquesa, desde donde se ha instigado contra Inka Martí, acusándola de estar detrás del supuesto descontento de Jacobo Siruela. La pareja siempre ha mantenido unas cordiales relaciones con Cayetana de Alba, a quien pensaban recibir este mes en su casa de Vilaür, tal como han hecho en otras ocasiones.

Jacobo, que por respeto a su madre tenía pensado acudir a su boda con Alfonso Díez, se ha liberado ahora del compromiso.

Fuente: www.lavanguardia.com

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