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Chef revela secretos de boda real de Mónaco

Con tres restaurantes de tres estrellas Michelin y más de otros 20 templos de la alta gastronomía regados por el mundo, el chef Alain Ducasse, una celebridad, está acostumbrado a satisfacer el apetito de los ricos y famosos.

Ducasse, de 54 años, tiene restaurantes en Italia, Japón, Hong Kong y Francia, donde está al frente de Le Jules Verne, una experiencia culinaria realizada a 135 metros de altura en la Torre Eiffel. En Estados Unidos, cuenta con restaurantes en Las Vegas, Nueva York, Washington D.C., y Puerto Rico.

Pero el cocinero veterano admite que se le sube la presión ante la llegada de la boda real en Mónaco el próximo mes, donde preparará una cena de gala para el príncipe Alberto y su futura esposa, la sudafricana Charlene Wittstock, además de 500 invitados de primera categoría.

«He realizado cenas de gala antes, pero nunca una cena oficial para un jefe de Estado, es algo en lo que soy nuevo», dijo Ducasse a The Associated Press en una entrevista reciente en París.

Cuando se le preguntó si se sentía abrumado por su misión, el chef dijo que sí aunque aseguró que compartirá su estrés con los demás.

«Se lo voy a pasar a aquellos que trabajan conmigo», dijo entre risas.

Con un equipo de 350 ayudantes para la boda del 2 de julio, que culminará las festividades nupciales de dos días de duración en ese pequeño principado del Mediterráneo, Ducasse podrá transmitir su estrés a lo grande.

Aunque se cuidó de no divulgar exactamente qué está incluido en el menú para la cena de tres tiempos, Ducasse dio algunas pistas que suenan deliciosas.

«El príncipe Alberto está muy interesado en proteger la fauna del Mediterráneo, su flora y su fauna. Es casi una obsesión», dijo Ducasse. «Decidimos hacer algo sostenible, local y ético».

«Será como la esencia del Mar Mediterráneo, sus sabores, sus olores y sus colores, pescado fresco recién atrapado, verduras de la huerta y frutas para el postre», dijo.

Fuera del champán, de esa región noreste de Francia, y vino tinto sudafricano para honrar a la novia, casi todos los ingredientes provendrán de un radio de 10 kilómetros a la redonda de Mónaco.

Por ejemplo, la miel será de panales urbanos de Mónaco y el pescado, en todos los casos de especies locales y de ninguna en peligro de extinción, será atrapado con cañas horas antes de ser servido, dijo Ducasse.

Las verduras, maduradas en el sol, incluyen productos locales como tomates, pimientos y calabazas verdes. Se cultivaron en la finca del príncipe y nunca sufrirán la deshonra de la refrigeración, pues se cosecharán horas antes de la cena.

Ducasse dijo que el príncipe Alberto lo invitó a preparar la cena en una junta rodeada de misterio en la embajada de Mónaco en París en febrero pasado.

«No sabía de qué se trataba, pero deseaba que fuera sobre la boda», dijo Ducasse, que nació en Francia y se convirtió oficialmente en ciudadano de Mónaco hace tres años. «Le dije: ‘¡Qué sorpresa, me tomé la libertad de preparar un menú para que no fuera una junta en vano»’.

El menú fue aprobado por el príncipe y por Wittstock, quien fue nadadora olímpica, «además de que les gustó, lo cual fue un alivio», dijo Ducasse.

El chef dijo que también está cargo de preparar el almuerzo tras las festividades el 3 de julio, junto con el otro chef celebridad de Mónaco, Joel Robuchon.

A pesar de esto, la boda (el primer matrimonio de un monarca monegasco desde 1956, cuando el padre de Alberto, el príncipe Rainiero se casó con la actriz estadounidense Grace Kelly) no es lo único en la mente de Ducasse. El chef volaría a San Petersburgo, donde planeaba inaugurar un nuevo restaurante para su imperio de más de 20 establecimientos, que sería primera empresa en Rusia.

Tras esto, debutará en Oriente Medio con un restaurante en Doha, que será inaugurado en los próximos meses.

Ducasse amasa la fortuna de 19 estrellas Michelin, consideradas uno de los máximos reconocimientos culinarios, según representantes.

«Me mantengo ocupado», dijo con una sonrisa.

fuente: noticias.terra.com.co

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